sábado, 4 de agosto de 2012

Naturaleza

 Hoy me paseé entre los árboles.  Me senté a su sombra y escuché sus susurros. No hubo magia, ni se despertó ningún chakra, pero ese instante fue invaluable.  

Sentirse como una minúscula molécula al lado de estos gigantes, saber que estaban antes de mi presencia en este mundo y de que estarán luego de yo terminar mis días en esta tierra, me colocan en mi justo lugar en la escala evolutiva.  Qué le aporto al planeta? Modifico el dióxido de carbono y lo convierto en oxígeno? Doy alberge y comida a otros seres vivos sin esperar nada a cambio?

Insignificante mota de polvo que contamina el ambiente que le rodea es el hombre!

Un solo árbol hace mas bien al planeta que mil hombres juntos.

Me pregunto si estamos aquí por accidente.  Si ese asteroide que trajo la vida se equivocó y embarazó al planeta equivocado.  Debió llegar a Marte, para que su semilla no germine y no estemos nosotros acabando con la obra de Dios, con la verdadera obra de Dios: EL PLANETA TIERRA!