domingo, 31 de julio de 2022

La soberanía como recurso político

El pueblo dominicano se siente orgulloso cuando recuerda su historia. Desde aquel grito de independencia en 1844 se tiene una identidad como nación. Incluso, un fragmento del himno nacional dice: "...ser libre o morir..."


A través de los años, la República Dominicana ha sufrido el embate de fuerzas extranjeras atentado contra su soberanía. Numerosas invasiones desde Haití intentaron revertir la declatoria de separación. La anexión a España no pudo calar en toda la población y se luchó hasta retornar a ser una nación autónoma. Luego, en el siglo XX se produjeron ocupaciones militares, las cuales fueron rechazadas por gran parte de los sectores nacionales. 

Existe en el dominicano esa sensación de pertenencia con alto nivel de orgullo a un país que sabe defenderse con éxito de ataques foráneos.  

En el ámbito deportivo, se olvidan las diferencias locales para apoyar a un equipo que represente al país o a algún deportista individual que sea dominicano. 

Cuando el entonces presidente Danilo Medina dijo en la *II Cumbre de la Comunidad de Estados Centroamericanos y Caribeños (CELAC)*: “que nadie, ni chiquito ni grande, atente contra la soberanía de la República Dominicana”; toda la nación aplaudió con el corazón repleto de orgullo patrio. 

Tomando en cuenta ese sentimiento aglutinador del amor a la patria dominicana, varios políticos se escudan en él para intentar conquistar adeptos a sus pretensiones electorales. Actualmente podemos observar a dirigentes opinando sobre el ataque a la patria, argumentando que existe un plan internacional para que la República Dominicana cargue con el vecino país de Haití. Si bien es cierto que estamos en presencia de una inmigración muy alta de haitianos, no hay evidencia fehaciente de que sea producto de un plan internacional para fusionar ambos países. 

No podemos hacernos de la vista gorda ante el incremento de esta inmigración, pero tampoco deberíamos fijarnos en señalar como únicos responsables a los organismos internacionales. 

Cada ciudadano debe realizar acciones que fortifiquen la nación dominicana. Procuremos hacer cada uno lo mejor por este país lleno de una historia que nos produce tanto orgullo. Pero, no nos dejemos seducir por cantos de sirenas susurrándole al oído para encender el sentimiento patrio y encauzarlo en favor de políticos que tienen su cuota de responsabilidad en los males que aquejan a la República Dominicana.

lunes, 6 de junio de 2022

Seguridad e inteligencia emocional

 La muerte a tiros de Orlando Jorge Mera debe provocar una profunda reflexión en la sociedad dominicana. Ahí se mezclan una serie de factores a los cuales es evidente que debemos ponerle atención de forma inmediata.

Independientemente de las razones que motivaron este infausto atentado, podemos identificar dos debilidades, ambas de orden público. 

Una debilidad es la falta de seguridad en las instituciones públicas. Cuando se trata de que a una oficina acceda una persona sin influencias, a ese se le dificulta la entrada, y no se diga de la imposibilidad de entrar armado a ninguna oficina pública.  Sin embargo, cuando se trata de un amigo de algún funcionario o una figura con reconocimiento social, estas medidas se relajan y no hay restricciones ante esos personajes, lo cual desemboca en acciones de esta índole.

Una segunda debilidad es la escasa inteligencia emocional de la cual adolece gran parte de los seres humanos. A la luz de la lógica, no tiene cabida que una persona que goce de la confianza y del cariño de alguien, agreda a tal punto que le quite la vida a quien le prodiga sentimientos de afectos y consideración. Si el matador de Orlando Jorge Mera hubiera tenido inteligencia emocional, hoy no estaríamos lamentando la desaparición física de un gran ser humano. 

Queda pendiente en la sociedad dominicana elaborar una estrategia de seguridad efectiva en las instituciones públicas, libre de amiguismos y favoritismos y, sobre todo, estimular el desarrollo de inteligencia emocional en las personas que cohabitamos este terruño. 

viernes, 5 de junio de 2020

Comunicación con los diputados

Me dio mucho gusto observar que la Cámara de Diputados de la República Dominicana tiene una página de internet. Dentro de esta, hay un espacio en donde se listan los diputados de la nación.  Incluso, se pueden organizar por provincia.  La mayoría de los legisladores de la cámara baja tiene una biografía, en donde se incluye un correo electrónico.  Esto me motivó a escribirle a cada uno de los pertenecientes al lugar en donde vivo, en este caso, Santiago de los Caballeros.  

Con ilusión preparé un breve comunicado, en donde les solicitaba a mis representantes que dieran su visto bueno al proyecto de ley que ordena la devolución del 30 % de los aportes que los trabajadores han realizado a las AFP. 

Luego de redactar el mensaje, introduje cada uno de los correos electrónicos de los diputados santiagueros que me proporcionaba la página web https://www.camaradediputados.gob.do/app/app_2011/cd_diputados_new.aspx?gen=&bloque=&circ=&prov=&ordmode=&ordid=. Envié el mensaje esperando que mi petición sea conocida por quienes dicen ser mis representantes.

Sin embargo, poco tiempo después de enviar el email, el sistema de mensajería de Gmail me devuelve el correo antes descrito con el mensaje de que ninguna de las direcciones electrónicas está habilitada para recibir correos.

La clase política dominicana nos trata como ciudadanos de segunda, sin derechos a que nuestra opinión llegue a ellos.  Esperemos que con los votos de las próximas elecciones, cada uno de nosotros empiece a cambiar ese maltrato al que somos sometidos los dominicanos.

lunes, 24 de febrero de 2020

Y ahora, que…


Y ahora, que…

A raíz de la suspensión de las elecciones el pasado 16 de febrero, la República Dominicana se ha visto matizada por una serie de manifestaciones populares nunca antes vistas.  Marchas, concentraciones en lugares estratégicos, toques de cacerolas, sonido de bocina de los vehículos, abucheos a funcionarios del sector público, amplias críticas en las redes sociales. En fin, se ha manifestado de diversas maneras un malestar general entre los ciudadanos dominicanos.

El grito generalizado de las protestas en cualquiera de sus modalidades es que “se van”. Estamos convocados a un torneo electoral el 15 de marzo próximo. Ahí tendremos la oportunidad de hacer realidad ese clamor popular de elegir otras autoridades, en este caso, las municipales. Ahora bien, para los actuales gobernantes irse, se debe elegir a alguien.
Las protestas sociales han identificado claramente el contrincante. Todo lo que se parezca a partido tradicional está en la mirilla escudriñadora del pueblo y con un alto nivel de rechazo.  Principalmente el partido del gobierno, PLD, siente tambalear su liderazgo. Se sabe contra quien irá dirigido el repudio social en las elecciones.  Sin embargo, ¿se tiene a la vista a quién se seleccionará? Todavía no ha salido ninguna agrupación que pueda contar con el favor de los manifestantes.

La mayoría de quienes protestan son jóvenes. No vivieron el terror de las dictaduras sangrientas del siglo XX. No tienen miedo de emitir su opinión y poseen las herramientas correctas para difundirlas. Quien pretenda acaparar el favor de este segmento de la población debe tener las capacidades de conectar con ellos. 

Este es el momento para que surjan liderazgos novedosos, diferentes, que tengan una conciencia ciudadana diferente a lo tradicional.  Líderes que no se corrompan, que no quieran llegar a los cargos públicos para aprovecharse de ellos. Dirigentes que tengan vocación de servicio y que estén acordes con estos tiempos, en los que si no estás dando resultado en la labor asignada, no se debe esperar una fecha específica para sustituirte y si cometes dolo, debes asumir las consecuencias legales.

No esperemos un Mesías que salve al pueblo. Mejor provoquemos que los mejores sean quienes dirijan el Estado desde este 2020 en adelante.


viernes, 1 de marzo de 2019

ENSEÑANZA DE LA LEY DE LAS XII TABLAS PARA LA REPÚBLICA DOMINICANA DEL SIGLO XXI


ENSEÑANZA DE LA LEY DE LAS XII TABLAS PARA LA REPÚBLICA DOMINICANA DEL SIGLO XXI
Si bien la ley de las XII tablas de la antigua Roma no está vigente y la han sustituido códigos y legislaciones modernas, basadas en el respeto al derecho humano, la ejecución de un debido proceso y la adecuación de las leyes a los delitos modernos, así como a novedosas maneras de perseguirlos y castigarlos, eso no impide que podamos tomar enseñanzas y hacer recomendaciones alrededor de esta legislación creada hace varios milenios atrás.
            Como se sabe, los pueblos que pretenden ser perdurables en el tiempo toman los ejemplos de las sociedades que han resuelto cuestiones que aún se tienen pendientes.  Nuestro país, República Dominicana, adolece de códigos, disposiciones y leyes que le impiden avanzar como sociedad moderna.
            El ejemplo que nos dejaron los romanos, de ir a Grecia en pos del conocimiento de su legislación y que tuvo como consecuencia la elaboración de unas leyes que aún hoy, 2,500 años después, le estemos analizando y mencionando, nos indica que nutrirnos de legislaciones extranjeras y adecuarlas a la realidad local podría resolver aspectos que aún nos mantienen estancados, como las leyes que regulan los partidos políticos o la ley que crea el colegio de abogados, por mencionar dos leyes que entraron o pretenden entrar en vigencia y poseen errores constitucionales y hasta de lógica, gramaticales y de redacción.  Acudamos pues a sociedades que han avanzado en más aspectos que nosotros y utilicemos los cerebros mejor amueblados para contar con verdaderas soluciones a las carencias que tenemos como sociedad.


martes, 5 de diciembre de 2017

LOS NINIS




La sociedad de nuestro tiempo tiene una gran mancha.  Dentro de tanta modernidad, no se ha podido detener el crecimiento de los NINIs.  En los barrios de nuestro país es notoria la presencia de estos jóvenes.  Muchos los incluyen dentro del crecimiento de la delincuencia. Ahora bien, ¿los NINIs lo son por elección o por causas ajenas a su voluntad? ¿Son ellos responsables de su condición?
Como sociedad, debemos crear las condiciones para que mayor cantidad de personas puedan vivir mejor.  Para alcanzar ello, hay que explorar cómo analizamos la realidad y despojarnos de moldes preestablecidos y pertenecientes a otras épocas.
Al realizar un juicio sobre una persona, la mayoría de las veces se hace sobre la productividad que tenga el analizado.  Mientras esto persista, no podremos adentrarnos en el debate de la situación real.   En vez de concentrarnos en el final de la cadena, sería bueno explorar los motivos por los que el sistema educativo y el mercado laboral no son percibidas como reales alternativas para construir un proyecto de vida.  
Debemos ser capaces, como sociedad, de no seguir generando jóvenes parásitos, que se conformen con una pseudoexistencia, basada en lo que les proporcionen otras personas o con la aspiración de una residencia en el extranjero.

La educación no debe centrarse solamente en los jóvenes que tenemos en los centros educativos.  Hay que considerar hacer atractivos los planes de instrucción para que personas que tienen tiempo alejadas de las aulas, decidan acercarse a ella. Es perentorio que esto vaya de la mano junto a reales posibilidades de insertarse al mundo productivo. Y esa es una tarea en la que la familia debe ser actor protagonista para minimizar y con el tiempo erradicar esa gran epidemia que está azotando la sociedad dominicana.