martes, 29 de enero de 2013

Clave del éxito del cine dominicano

Debe causar alegría en la industria del cine dominicano el apoyo que se le da a las película locales.  Recientes visitas a las salas de cine así me lo confirman.  Contrario a otras épocas, ahora muchos debemos hacer filas para comprar una taquilla para disfrutar un film.  

La mayoría de los que acuden a las salas de cine del país deciden ver las películas de manufactura dominicana, aunque el precio de la entrada sea mas elevada. 

Sabemos que la calidad de estas películas deja mucho que desear.  Hay honrosas excepciones, pero la norma es que resulten mas parecidas a una comedia larga de televisión. Y para colmo de males, para recibir el apoyo de las empresas, deben incluir descaradamente productos, servicios y centros comerciales en la trama.

Siendo esto así, es asombroso que esta industria tenga tantos adeptos. Me he puesto a reflexionar la razón de este éxito, comparando las películas dominicanas con las extranjeros, principalmente de la exitosa industria de Hollywood.  La principal razón por la que vamos al cine es por los actores y actrices.  Cada hombre quisiera parecerse a ese héroe de antología y las mujeres suspiran con el galán que se convierte en la razón de sus suspiros. Honestamente, a quién le gustaría parecerse a Boca de piano, Miguel Céspedes o Raymond Pozo? 





Los hombres dominicanos llevan a su pareja a ver películas dominicanas sin el miedo de que estas suspiren por los personajes que aparezcan en ella.  Ya que es posible que en cualquier calle del país se encuentren en carne y hueso con el actor.  Quién teme que su pareja se encuentre con Brad Pitt? Pero los "actores" dominicanos pueden estar accesibles al público.  Quien quiera ver a Raymond Pozo solo tiene que esperarlo a la salida de un show o de su programa de TV.  Pero, como no hay muchas féminas que queden enlazadas con estas imágenes, no hay miedo de llevar a su pareja a ver estos anti-galanes.

Cuando los protagonistas del cine dominicano sean como estos que muestro a continuación, veremos a las mujeres acudir solas y a escondidas a los cines dominicanos.