sábado, 4 de agosto de 2012

Naturaleza

 Hoy me paseé entre los árboles.  Me senté a su sombra y escuché sus susurros. No hubo magia, ni se despertó ningún chakra, pero ese instante fue invaluable.  

Sentirse como una minúscula molécula al lado de estos gigantes, saber que estaban antes de mi presencia en este mundo y de que estarán luego de yo terminar mis días en esta tierra, me colocan en mi justo lugar en la escala evolutiva.  Qué le aporto al planeta? Modifico el dióxido de carbono y lo convierto en oxígeno? Doy alberge y comida a otros seres vivos sin esperar nada a cambio?

Insignificante mota de polvo que contamina el ambiente que le rodea es el hombre!

Un solo árbol hace mas bien al planeta que mil hombres juntos.

Me pregunto si estamos aquí por accidente.  Si ese asteroide que trajo la vida se equivocó y embarazó al planeta equivocado.  Debió llegar a Marte, para que su semilla no germine y no estemos nosotros acabando con la obra de Dios, con la verdadera obra de Dios: EL PLANETA TIERRA!

lunes, 21 de mayo de 2012

Pensando en mi

Hoy me levanté pensando en mi.  Es extraño que alguien diga eso.  También anormal que se piense en uno mismo.  Hay tanta gente por ayudar, tantos a quienes brindarles nuestra mano generosa, que es hasta egoísta "amanecer pensando en uno".  Pero, no se puede ser una piedra angular si no se es fuerte.  No podemos contribuir, si no tenemos fortaleza para serles útil a los demás.

Si quiero servirle de consuelo a un amigo, no puedo acudir a él con lágrimas en los ojos.  Si deseo ser la base de fortaleza del prójimo, no puedo tener debilidades que me resquebrajen, ya que a quien le soy su sostén, se caerá.

Debemos fortalecernos en esa área que pretendemos ayudar.  Para esto, hay que identificar las debilidades, trabajar en ellas y minimizarlas.  Además, reconocer nuestras fortalezas y potenciarlas, ya que siempre hay un espacio para ser mejores.

Tener la intención de ayudar es loable, pero la ayuda idónea la podemos ofrecer si somos en verdad de utilidad para aquellos que necesitan nuestra mano amiga.